Abrimos la sección ‘Los Nuestros’
para rendir homenaje a los insurgentes caídos en combate que confirmaron en su
arte y literatura un profundo sentimiento por el pueblo. Difundiremos su obra,
muchas veces desconocida o dispersa, incluso para los propios alzados en armas y
más todavía para el pueblo en general.
Hacemos la primera entrega, con Hildebrando
Perez Huarancca.
Nacido en la comunidad de Espite,
Ayacucho en 1946, llegó a ser docente universitario en la universidades San Cristóbal
de Huamanga y Enrique Guzmán y Valle.
Acusado de subversión fue recluido a
principios de 1982 en el CRAS de Ayacucho, donde, poco después, las fuerzas
insurgentes del PCP-SL liberarían a todos los detenidos. Debió pasar en seguida
a la clandestinidad y se presume que murió en un enfrentamiento aún no
precisado.
Durante años se le presumió ejecutor
de la horrenda acción de Lucanamarca -planificada por el propio Abimael Guzman-
en base a un confuso testimonio recogido por la Comision de la Verdad y Reconciliación.
Estudios posteriores, en especial de Mark Cox, demostraron la endeblez de estas
acusaciones.
Respecto a su obra, anota el crítico Ricardo
González Vigil: “El importante grupo Narración
encontró en Hildebrando Pérez Huarancca (…) el autor que supo llevar sus
ideales de una narrativa de aliento revolucionario, anclada en la mentalidad
popular y la reelaboración del lenguaje oral, a los predios de la corriente
neoindigenista. Lo hizo con un notable volumen de cuentos, titulado Los ilegítimos (ganó con él el primer
premio del concurso ‘José María Arguedas’ convocado en 1975 por la Asociación
Universitaria Nisei del Perú).”
Este libro, pleno de fuerza y
vitalidad queda en sus manos.
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