22 feb 2016

LAS SUFRAGISTAS



Una película dirigida por Sarah Gavron, recrea las luchas femeninas en Londres a finales del siglo XIX hasta consecución de los caros ideales: sus derechos políticos y por ende laborales.
Aun a pesar que se ha sintetizado  en la película una etapa dura de la historia de las luchas sociales, queda una evidencia mucho más estremecedora en material fotográfico y audiovisual real de las intensas condiciones de lucha y de la situación abismal entre las clases sociales.
El titulo original es: SUFFRAGETTE, su prestreno fue el Londres el 07 de octubre del 2015. Con una repercusión mediática y política desde el mismo día. Pues más de un centenar de mujeres protestaron coreando “La batalla no ha terminado”, “Las mujeres muertas no pueden votar”, varias de ellas se echaron en la alfombra roja. La policía tuvo que retirarlas y usar bombas de humo verde y morado, aquí la noticia:  https://vine.co/v/e2LmAFYM969
En Europa y Latinoamérica, incluido el Perú se ha estrenado el 17 de diciembre. Quizá por criterios más comerciales que políticos, su proyección se ha restringido sólo a salas en los distritos más exclusivos de la capital limeña.

Soldados y prisioneras 



La protagonista es una obrera de una lavandería, Maud (Carey Mulligan) que en forma circunstancial se entera de las nuevas formas de lucha de “Las Sufraguetes”, el sabotaje, el destrozo de vitrinas en las principales arterias económicas del Londres de inicios del 1900, pues sus exigencias de incorporación a la vida política, se topan con una cultura donde la mujer realizaba las mismas labores del hombre, con el agregado que era más explotada y mucho menos reconocida;  la película tiene como eje la toma de conciencia de Maud, las etapas de su militancia en las filas, el costo social y político por asumir una posición, la persecución, la cárcel, las torturas, aislamientos. Y finalmente el carísimo triunfo.
Fragmentariamente aparecen la referencia ideológica y política de Emmeline Pankhurst la lider del movimiento, hay momentos que su presencia es la que impulsa la fe, la consecuencia; no están incluidas en la película, salvo algunas esporádicas, pero sus tácticas y estrategias pasaron diversos periodos, saltos cualitativos en su desarrollo. Desde los discursos, la impresión de periódicos, cartas, manifiestos, marchas, enfrentamientos con los policías, interrupciones a discursos oficiales, rompimiento de escaparates, sabotajes a los medios de comunicación, atentados a obras de arte, como a la “Venus de Velázquez”


motivo por el cual se decretó el no ingreso de mujeres a los museos, ataques dinamiteros a la propiedad de los políticos, estos últimos hechos ocasionaron una incisión en el movimiento, la férrea centralización que mantuvo Pankhurst, la rompió precisamente por su posición violentista, su hija Sylvia Pankhurst en 1911 empieza a asumir el marxismo, se une a los laboristas y trabaja más profundamente la construcción del socialismo; esto es visto casi como una traición por la líder y la expulsa de la organización.
Si analizamos lo desarrollado en la película, es una propuesta de acercamiento al proceso histórico, una lúcida recreación, y sobre todo desde la perspectiva de una obrera, de una militante del movimiento feminista. Y que detrás del derecho al sufragio está la situación social, política y cultural por superar.
La película nos sirve para contrastarla con el proceso histórico  y claro, es un pálido reflejo, sin embargo sincretiza  diversos personajes y hechos que significaron un quiebre en el proceso reivindicativo. Personajes como la líder

cuya actuación brevísima e intensa, ha sido encomendada a la actriz Meryl Streep, que refleja la radicalidad y coherencia en sus fines. Desde ya nos da una acercamiento, que la clase que encabezaba la lucha, la pudiente, la que tuvo las herramientas para criticar la realidad, es decir las damas de copete, las que tenían cerca el poder económico, pero no político. Emmeline Pankhurst, representa ello, pero va más allá, tiene una visión política y consecuencia en sus actos, imbuye de fe y razón a la lucha. Visión política, pues organiza al proletariado, a las mujeres proletarias en sindicatos, sabe las medievales situaciones que se encuentran, alrededor de las sufragistas todo un simbolismo de lucha y consigna, pleno de feminismo. 
Tiene una visión estratégica que ha sido suprimida en la película, el lapso de la Primera Guerra Mundial, manejó claramente las contradicciones, era su patria lo primero, el rey, Inglaterra. Por eso se une al estado con el que luchaba y organiza a las mujeres para contribuir al triunfo en la guerra. Posterior a esta, ya está completamente absorbida por el estado ya se integra al partido liberal, meses antes de su muerte ve el resultado de la lucha, se aprueba el voto femenino.


Si bien el personaje proletario de Maud, atraviesa la película y ensombrece a otros personajes, por su proceso de toma de conciencia. Pero cercana a ella está una de las heroínas de feminismo mundial, Emily Davison, 

una luchadora tenaz, maestra de escuela, apresada algo de nueve veces, varias de ellas se declaró  en huelga de hambre, para que fueran reconocidas como prisioneras políticas.  Pero ya antes, cuando les negaban el derecho a participar, y el gobierno había decretado un censo, ella se escondió en la Cámara  Baja, y ahí exigió que las censaran, diciendo mi domicilio es la cámara baja. Se resalta en la película el hecho último de su vida, su trágica muerte a los pies del caballo del rey, pues en un acto de propaganda habían decidido intervenir y acercarse para que escuchen sus reivindicaciones. Muere atropellada por este caballo, llevando el símbolo de las sufragistas. Si bien la película le da intensidad al hecho. Hay en la web el video original de este: http://youtu.be/-G4fJ9I_wQg    Años más tarde el mismo jinete, rendiría homenaje a la caída en el fragor de su lucha.

 ¿Y EN EL PERÚ?
Esta película también  nos lleva a contrastar la lucha por el voto femenino en el Perú, en donde también lo encabezaron las mujeres hijas de terratenientes. En este proceso peruano resaltan dos mujeres tenemos a María Jesús Alvarado, la iniciadora del voto femenino, aunque sólo en esferas exclusivas, y sobre todo sin casi ninguna medida social de presión;  quien asume no solo la defensa de la expresión política de la mujer, sino también la reivindicación del “indio” al ser parte y fundadora de la Asociación pro Indígena. En un segundo momento está la “Mariscala” Zoila Aurora Cáceres, hija de Andrés A. Cáceres, ella va más allá concibe el voto femenino no solamente como un acto humanitario de arriba abajo, sino que las de abajo deben exigirlo, es meritorio mencionar su desconcierto por la posición de Luis Alberto Sánchez, expresada en una carta del 31 de mayo de 1931, con respecto al voto femenino. Sánchez era reacio a concederlo, pensaba que el voto debía ser restringido, era adverso al voto sin restricción, por considerar que la mujer estaba sometida a “influencias retardatorias y perniciosas”.
Los movimientos femeninos a partir de la década del 70 del siglo pasado han sido intensos, hay una buena cantidad de organizaciones, donde sus reivindicaciones han avanzado en lo jurídico, sin embargo hay un trabajo por hacer, las cuestiones retardatarias sobre el aborto, la igualdad ante la iglesia católica, el tratamiento de minorías, es aun palpitante en algunos casos desborda la lucha de las necesidades básicas. 

Las  Sufraguistas ya ha ganado siete  premios en el Women Film Critics Circle, una mención a Brendan Gleeson  como mejor actor de reparto en los premios del Cine Independiente Británico, Posiblemente sea una de las candidatas a los óscares este 2016, sobre todo a la magnífica actuación de Carey Mulligan.

Película de un alto contenido político, que merece más que una apreciación puramente formal y estética de su guion. Sino el aquilatarlo en su tiempo a la luz de nuestra historia.

Ángela Hunter