Volver a uno de esos debates literarios, en los que se
discute la responsabilidad del escritor y la literatura en la sociedad y la
política, ha sido reintegrarse al camino trazado. Años atrás, aún se planteaba
que "el arte por el arte" tenía cabida en la sociedad.
Desde temprano y desde nuestro punto de vista, planteamos
que todo arte está dirigido a una determinada sociedad, por ende impacta sobre
ésta, ya sea para adormecerla o despertarla. En este debate organizado por el
Gremio de Escritores, se dejó establecido eso: que el arte por el arte no
existe. Por ende de lo que se trata es que el escritor defina a qué clase
social representa y apoya con sus obras, ya sea consciente o inconscientemente.
Esta responsabilidad que tiene el arte para con la
sociedad ha sido un hecho histórico innegable, ha atravesado por todo un
proceso. Es demostrable si analizamos las obras y vida de Vallejo, Mariátegui y
Arguedas, sólo por citar al Perú, quienes con sus obras representaban y
defendían a la clase explotada, planteando a su vez que el arte por el arte no
existía, librando debates a muerte contra los artistas de la clase explotadora.
Hoy sus obras siguen vigentes e incluso más vigentes que la
de algunos artistas con vida.
Es respetable y loable este paso dado por el Gremio de
Escritores y que se sigan abriendo más debates, donde poco a poco se vayan
incluyendo a las masas populares, a los amantes del arte, ampliando de esta
manera su convocatoria, pues el debate tiene también la función educadora que
es de suma importancia.
Además escuchar a tres poetas recitando algunas obras
suyas: Rafaelle, Antonio Chumbile y
Carlos Barreto, relaja, alimenta y a la vez enciende el alma humana.
Miguel Vargas Rosas