24 ago 2017

CRÓNICA DE UN DESMADRE ANUNCIADO


Publicamos la segunda parte de la crónica de Sandro Westphalen, extraída de la revista digital Viejo Topo (en remodelación). Desde aquel 15 de Marzo, día de los sucesos, muchas cuestiones se han despejado. El libro que anunciara Antonio Zapata ha sido publicado y se presenta hoy -aquí se expresan algunas opiniones sobre su línea de investigación-; la política de sabotear eventos, al estilo de la bufalería aprista, sufrió una nueva derrota en el II Congreso Internacional Karl Heinrich Marx de la UNMSM; la convergencia entre el Fujimorismo y la línea de Guzmán, que algunos se niegan a ver, se evidencia más; la revista EOLLE N° 7 sigue difundiéndose y tuvo una reciente presentación en Ayacucho.

CRÓNICA:   PREPOTENCIA  Y ASALTO A LA RAZÓN DEL GONZALAJE
AVANZAN PERSPECTIVAS CRÍTICAS A PESAR DEL DESMADRE DE MOVADEF/FUDDEP EN EL GREMIO DE ESCRITORES DEL PERÚ.
Escribe: Sandro Westphalen
De Viejo Topo
I
Algunos nos confiaron que esperaban la llegada de miembros del Movadef/Fuddep, pero no que éstos coparan las primeras filas de asientos y que a punta de gritos pretendieran adueñarse de las intervenciones. En efecto, la ronda de preguntas pretendió ser la lista previamente preparada por el Movadef, y que a golpe de abucheos aprobaran o desaprobaran quién debía intervenir. Es como ocurre en sus «Congresos» donde ya está establecido quién debe hablar, a quién lapidar y qué acuerdos han de tomarse.
Venidos desde varios puntos de Lima Comas, Villa el Salvador, Los Olivos, etc. para este evento académico, estos activistas pensaban quizá que no tenía por qué ser distinto. Total: ellos son la parte más avanzada del pueblo y el resto o es izquierda caviar u oportunistas. A lo que se sumaban, proimperialistas, reaccionarios y agentes de la Dincote.
Esto nos ha hecho recordar a la novela El capitán Alatriste. En el teatro madrileño, los más avezados discutidores y pendencieros, los mosqueteros, oficiaban de voz definitiva de la crítica teatral de la España del siglo XVII; sí, la del Siglo de Oro.
Uno de los hechos más irónicos ocurrió sin duda, cuando alguien del público pedía la palabra, y se escuchó esta aprobación de los mosqueteros del Movadef/Fudepp
¡Ese sí es compañero, déjenlo que hable!
Resulta que tal intervención versó sobre la defección de Guzmán; que mientras el contingente combatía, él no lo hacía, no se puso a la cabeza. Como sabemos: Guzmán vivía bien y bebía whisky en sus viviendas de San Isidro, Miraflores o Monterrico. Tal contundente intervención de claro corte proletario dejó esbozada además la crítica al fracaso de la ‘lucha por un acuerdo de paz’, señalando sutilmente la claudicación de Guzmán e Yparraguirre.
Las preguntas o intervenciones  del Movadef, unas ocho, giraron en esto: Que el trabajo de Gilbonio quería comprobar una cuestión previa, sus posiciones, y que era reniego, que era subjetivo el mismo floro de Huamanga, 2015. Que Gilbonio quería «levantar» a los artistas Pérez Huarancca, Edith Lagos, Jovaldo, para «contraponer» la misma jerga que contra Mariátegui y Edith Lagos. Que los planteamientos de Anouk o Maldonado eran anticientíficos y que no “compulsaban las fuentes”. Que la posición de Anouk era reaccionaria e imperialista al descalificar la guerra popular (¿). Que Anouk enarbolaba que Norah planteaba una “línea contraria” a la línea del PCP y que lo hacía sin fundamentos y que ellos sabían quiénes eran las fuentes (¿amenaza?). Que Gilbonio atacaba a la dirección «En un contexto nacional donde la reacción ataca a la dirección del PCP» y cuando se nos persigue (al Movadef/Fuddep), «a pesar de que estamos por la reconciliación y la amnistía general». Que en cambio, Zapata sí, era lo rescatable y más avanzado porque reconoce que las mujeres enarbolaban ideología que las ha hecho inmunes a hincar rodillas (sic).
La  lucha de clases en el Perú se reduce, entonces, a la burbuja de una cúpula derrotada consecutivamente, y a lo que ésta haga en un tribunal para salvar su pellejo. Es decir: Se reduce y concentra en un movimiento fracasado por sus propios errores, que está terminando por perder los papeles y que vuelve a echar mano del viejo libreto de la victimización. Y, en el peor de los absurdos, que pretende victimizarse agrediendo.


Un nuevo desmadre, esta vez reseñado por diversos medios y personas, entre ellos el caricaturista Carlos Tovar, en un evento donde quienes se autocalifican de marxistas-leninistas-maoístas, no tenían nada que ofrecer (1)

II
Pero hubo otras intervenciones muy puntuales. La de una joven, que ante el griterío, sobre todo contra Gilbonio, de «cuáles son las fuentes», les dijo:
Tanto reclaman las fuentes, hagan pues Uds., sus investigaciones y publíquenlas, expongan sus fuentes. Y hagan su balance autocrítico para que las nuevas generaciones conozcan lo que pasó.
Otra intervención le inquirió a Antonio Zapata si ratificaba que esa entrevista era cierta. Que ahí se apreciaba delación, por ejemplo señalar a Laura Zambrano como la dirigente que «cohesionó» para la acción de Lucanamarca.
El griterío infantil alzo sus decibeles, el recinto retumbaba. Zapata quiso terciar para calmar a esa parte del auditorio, totalmente ofuscado por haber escuchado otras perspectivas. Los chicos mlmpege, no han aprendido a endurecer el cuero cabelludo. No le hicieron caso, lo desairaron, y Zapata finalmente desapareció entre esa apretada audiencia y salió a respirar hacia esta Lima azotada por riadas, huaicos y desbordes mil.
Se reanudaron las intervenciones del público. Una, por ejemplo, pedía explicaciones a la cúpula, por qué en el Museo a los Héroes, no está el nombre de la desaparecida Norah, Augusta La Torre Carrasco. Y otra, donde se incidió en el carácter maoísta de la perspectiva literaria de Gilbonio y la pertinencia de sus preguntas y exigencias autocríticas.
Debió pasarse a una segunda vuelta. Gilbonio tomó la palabra y el griterío de los mosqueteros alzó sus volúmenes. Pensando que el ponente arrugaría, no esperaban que empezara a detallarles, precisamente, las fuentes que reclamaban. Y entonces, mientras los chicos del Movadef/Fuddep gritaban «quieren volar el debate», ellos mismos empezaron a impedir que Gilbonio hablara.
Las tumultuosas tácticas del Apra, maestros de Guzmán y de Yparraguirre para romper asambleas y asaltar sindicatos, son cada vez más y mejor encarnadas por una organización que hace tiempo cambió de color.
III
Un joven intelectual, convocado de emergencia por Anouk Guiné, intentó volver a calmar las aguas agitadas:
No destruyamos este espacio de debate. Mañana el diario Ojo, estará sacando esto. Tenemos que aprender a debatir y escuchar.
A los pocos minutos ese mismo intelectual de buenas maneras estaba casi cercado, contra la pared, acosado por un grupo de enardecidos activistas del movimiento que pregona la «democratización» y la «reconciliación» de la sociedad peruana en su conjunto.
Momentáneamente las cosas parecieron calmarse, se hicieron unas preguntas más, pero el tumulto se reanudó. Los conductores del evento dudaban. Pero a pesar de que pasaba el tiempo y de que no parecía viable proseguir, no decidieron suspenderlo.
Finalmente, creyendo haber cumplido eficazmente una «contundente acción» de ¿sabotaje? ¿zozobra? ¿agitación y propaganda?, el ya satisfecho grupo de mosqueteros del Movadef/Fuddep empezó a retirarse de la sala.
Yendo a un análisis más concreto ¿Qué opinión se habrán llevado esas otras 60 a 70 personas, entre intelectuales, personas de a pie, jóvenes, que asistieron a un debate de ideas? ¿Qué impresión se habrán llevado esas personas mayores y de respeto, que incluso podrían simpatizar y apoyar a aquel movimiento? Esta crónica, escrita al día siguiente de los sucesos, no contó que saldrían a la luz las indignadas opiniones ya conocidas.
La pregunta de rigor cae de madura: ¿Quién mandó a montar semejante desmadre en tiempos de tecnología 2.0? ¿Cómo aplicaría aquí el historiador Antonio Zapata sus tesis de «agencia», donde justamente la consigna parecía ser no tocarlo a él, pero sí a Gilbonio, Guiné y Maldonado? ¿Vamos otra vez a explicarlo por la teoría de los excesos y de que «el desborde es una ley» como sostenían algunos activistas del Movadef, más nerviosos que despistados?

Las aproximaciones y convergencias entre el Fujimorismo y la línea de Guzmán desde las conversaciones por un Acuerdo de Paz fueron señaladas en la exposición de Gilbonio. Jóvenes del Movadef se indignaron: las verdades tarde o temprano se develan y no se rebaten con mal genio o gritería (2)

Por lo pronto, sabemos que los libros de Gilbonio y Ave Fénix aunque entendemos no era su objetivo principal, se vendieron muy bien en el evento, y que se le acercaron varios jóvenes invitándolo a que participe en otros coloquios. Sabemos que el compendio de Anouk, que no era para venta, circuló y se distribuyó muy rápido y que unos jóvenes editores le han propuesto publicarlo.
Y que Dinnyk Ascensios y Rocío Maldonado, que habían concurrido con buen ánimo a un debate alturado, estaban amargamente decepcionados por la turbamulta y los ataques personales y por qué no decirlo: indignados.
Un intelectual popular nos confesó al final, casi suspendido en el aire frente a algo que se asimila muy de a pocos:
Yo he contemplado todo lo ocurrido, absolutamente fascinado. He visto la lucha de clases.
Interpretamos así su sana sensación: A pesar de blandir la amenaza del número y el griterío, Movadef/Fuddep no triunfó. Más bien, ha vivido otra derrota ante las masas y ante decenas de intelectuales. La repercusión es grande.
EPÍLOGO
Con el paso de los días se ha ido aclarando mejor el por qué la ofuscación de la portátil de mosqueteros furibundos. En el caso de Anouk Guiné ha desarrollado desde el 2010, independientemente, una línea de investigación sobre Augusta La Torre.
A la cúpula Guzmán-Yparraguirre parece no haberle gustado que otras voces, de alcance internacional, lleguen también a entrever el asesinato de la revolucionaria ayacuchana y que las huellas del crimen lleven justamente a los que supuestamente la lloran y llaman «Agustita» en el peor de los fariseísmos. Por eso, creo, han mandado a atacarla de «imperialista y agente de la CIA», pese a que sus planteamientos no se iban a tratar en el evento ni son parte de la publicación de esta edición 7 de Eolle. Ese es el método ‘pensamiento Gonzalo’ para aterrorizar intelectuales. Sus mediocres trollers de San Isidro y vida libertina, creen poder ayudar a hundir a la investigadora de fuste.
Y, respecto a Óscar Gilbonio, es un escritor que crece y convoca. De ahí que la cúpula Guzmán-Yparraguirre venga envenenando a jóvenes inexpertos en esta especie, que por supuesto caerá fácil. Que el escritor es un «soplón de la Dircote». Bueno, bajo este mismo método de lucha ‘pensamiento Gonzalo’, aunque en escenarios distintos, Guzmán e Yparraguirre envenenaron a participantes de la Lucha Armada para  que asesinaran a María Elena Moyano. De modo tal que no tuvieran miramientos ni compasión, si tocaba asesinarla delante de sus hijos; ni remordimientos después de que dinamitaran su cadáver. Y luego, consumado el crimen político, la pareja de las limpias vidas se lavara las manos de que no tuvieron nada que ver con esa acción ni con que se dinamitara su cuerpo, incluso invocando ante la CVR su profunda y arraigada formación cristiana.
Por eso es ominoso y cruel que Antonio Zapata, que se volcó a la investigación del fenómeno subversivo conmovido por la muerte de la dirigente afroperuana, de su misma identidad política y amiga suya, este ayudando a escamotear las responsabilidades políticas y directas de sus auténticos  verdugos.
Con todo eso, Zapata, «el más avanzado y rescatable» de la noche del 15 de marzo del 2017, suele comentar de este modo, tras bastidores, cuando se trata de las tentativas de echar luz autocrítica en la historia reciente, frente a los oscurantismos de Guzmán-Yparraguirre:
Ah, es problema entre ellos; es problema de la terrucada.
La cosa, entonces, no sería con él.
Óscar Gilbonio, al que sobremanera han ido a vituperar y doblegar sin conseguirlo, sin embargo, no está solo. Miles de voces y de miradas en el movimiento popular peruano y fuera del país, y de la intelectualidad democrática, están pendientes de esta nueva amenaza y de este nuevo asalto a la razón y al sentido común por parte del gonzalaje.


Lima, marzo del 2017.