26 dic 2014

"TRABAJO EN EL SILENCIO DE LA SIERRA"


Escritor y poeta Huamachuquino. Incansable promotor cultural y miembro del Gremio de Escritores del Perú. Luis Flores ha publicado los libros “Corazones galgas despeándose”, “Yndios más pobres y necesitados” y “El cárcamo del duende”. Ha incluido el cuento “Exhumaciones” en el libro “Desde la Persistencia II” la más reciente publicación de la Agrupación Cultural Ave Fénix. Reproducimos la entrevista publicada en el diario Correo de La Libertad el 18 de Mayo de 2014.
 



Luis Flores escribe desde el ande y sus temas están relacionados a esta realidad peruana. He aquí su posición frente a la literatura.
¿Cómo se inicia Lucho Flores en la ruta literaria?
A través de un concurso que convocó la Beneficencia Pública de Huamachuco, sobre la obra de Florencia de Mora de Sandoval, una encomendera del siglo XVI. Recogí mucha información y le agregué algunas cuestiones literarias. Ahí empecé. Luego me atrapó la poesía, una poesía básica en aquel entonces, a finales de la secundaria.
¿Y qué fue del concurso?
Gané el primer puesto y se publicó el libro “La orquídea de América”. Eso me motivó bastante, sobre todo al leer y contrastar. Todo eso me ayudó a abrirme un espacio, no solo histórico, sino literario. En el libro hay historia, tradición oral, anécdotas. Ese trabajo ganador me sirvió, posteriormente, para publicar un libro más amplio donde resalto la lucha del pueblo indígena por la tierra. El libro se llama “Yndios más pobres y necesitados”, que es el título del testamento de Florencia de Mora.
Te habrás encontrado con personajes extraordinarios.
Claro, por ejemplo con Concepción Rondón que era un líder indígena que a finales de 1800 lo encontramos peleando por la tierra que usurpaban los hacendados. En el levantamiento aprista de 1932, en Trujillo, a Rondón lo acusan de aprista, lo flagelan y lo entierran vivo.
¿Esta vocación te viene de familia?
Mi madre ha leído bastante, cuando era estudiante recitaba sus poemas, hacía teatro. También contábamos con una muy buena biblioteca, de propiedad de mi abuelo. Eso me llevó a leer bastante. Tenía una abuela de raíces huamachuquinas profundas y la tradición oral, a través de ella, me ha influido bastante; asimismo, el amor y la visión indígena, del campesino, que ella tenía.
¿Por qué escribes Luis Flores?
Creo que por la necesidad de expresarse. Generalmente no soy muy tácito en lo que quiero decir. Esa tarea se la dejo al lector. Más bien trato de enojarlo, de hacerlo reflexionar y que complemente la obra. Expreso lo que no puedo expresar de otra forma. Para mí la literatura es ese camino, como también el camino de denunciar la injusticia, la opresión.
¿Cuáles son los temas que más abordas?
El drama humano siempre está; sin embargo, me gusta bastante escarbar la identidad, una identidad profunda. Por ejemplo, trabajar literariamente algunos seres mágicos del mundo andino. Hemos rescatado eso, manteniendo la inmediatez del asunto, dándole el  color necesario y trabajando más la palabra. Hago, también, poesía relacionada con la naturaleza y su relación con el hombre. En fin, me gusta rescatar la vida del hombre andino desde su propia experiencia y sabiduría del tiempo.
Has escrito un libro ambientado en la época de la violencia política. ¿Cuál es tu posición respecto a esa literatura?
Yo creo que la literatura, sea o no comprometida, siempre sirve a una posición política. El tema de la violencia política ha sido permanente, no solo de la insurgencia armada de los 80. El poblador oprimido siempre ha manifestado, de diferentes formas, su versión de un sistema injusto y de opresión, y creo que sigue vigente. Es una literatura que debe cuidarse mucho, no solo caer en el testimonio, sino trabajarse técnicamente y exigirse mucho más, para que perdure en el tiempo y sea un libro de referencia.
¿Es un libro testimonial?
El libro que señalas se llama “Corazones galgas despeñándose” y es el resultado de una experiencia política. Estuve un año preso acusado de subversión. Posteriormente me dejaron libre; sin embargo, esa experiencia me permitió escribir, dentro de la cárcel. Ahí reflejo el contexto de la época. Pero no caigo solo en el testimonio, sino que trabajo la parte técnica del cuento.
¿Cómo es la ruta de tu trabajo literario?
Me gusta trabajar en el silencio que nos permite la sierra. Generalmente lo hago en las noches y madrugadas. Pero cuando se trata de corregir, lo hago a cualquier hora, tratando de pulir al máximo.
¿Qué tanto les pesa la sombra de Ciro Alegría?
En Huamachuco nos hemos planteado seguir creando. A veces tenemos que torcer el cuello al cisne para superar. Ciro Alegría es un gran referente, por su trascendencia, pero hay una nueva visión.